miércoles, 13 de febrero de 2019

Un triunfo inesperado


Había una vez una niña que tenía la cara en el culo y el culo en la cara. La única cosa que su cara podía realizar era abrir la boca para expulsar la comida digerida por su metabolismo, ya que, a pesar de que tenía dos ojos, éstos eran ciegos, y aunque también tenía dos orejas, no podía escuchar por ellas. Para hablar, abría y cerraba los cachetes de su culo, con lo que su voz semejaba esos prolongados, intensos y renovadores gases que puede uno tirarse una bella mañana sobre algún árbol marchito.
Esto resultaba un problema, pues, aunque vivía en una sociedad profundamente liberal y nadie miraba con malos ojos estas deformaciones, ella tenía un deseo metido en lo más hondo de su corazón: convertirse en una supermodelo.
Al principio, todas las grandes agentes publicitarias la rechazaron por evidentes motivos, pero la joven muchacha nunca se dio por vencida. Comenzó ella una gran campaña contra la discriminación hacia los hombres con cara de culo, ganándose el apoyo de los siempre benignos y humanos partidos de la izquierda y el centro, y pronto su causa logró llegar a ser masiva. El gobierno finalmente se dio cuenta de que esto podía ser problemático, por lo que decidió darle trabajo a la niña, que acabó transformándose en una de las mujeres más buscadas y mejor pagadas del planeta. Según se dice, su fama llegó a tal punto, que acabó cambiando la mentalidad de los hombres para con las que sufrían estas dolencias, haciendo que ellos tuvieran hacia ellas una particular atracción, razón por la cual no muchas décadas después pasaron a tener categoría propia en la mayoría de las páginas porno.


Moraleja: Sigue tus objetivos siempre con constancia, aunque sea bajo métodos alternativos e incluso considerados extravagantes. Dios puede darnos lo que buscamos por extrañas maneras.


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